viernes, 13 de mayo de 2011

PARA QUE YO ME LLAME ÁNGEL GONZÁLEZ

PARA QUE YO ME LLAME ÁNGEL GONZÁLEZ
Para que yo me llame Ángel González,
para que mi ser pese sobre el suelo,
fue necesario un ancho espacio
y un largo tiempo:
hombres de todo el mar y toda tierra,
fértiles vientres de mujer, y cuerpos
y más cuerpos, fundiéndose incesantes
en otro cuerpo nuevo.
Solsticios y equinoccios alumbraron
con su cambiante luz, su vario cielo,
el viaje milenario de mi carne
trepando por los siglos y los huesos.
De su pasaje lento y doloroso
de su huida hasta el fin, sobreviviendo
naufragios, aferrándose
al último suspiro de los muertos,
yo no soy más que el resultado, el fruto,
lo que queda, podrido, entre los restos;
esto que veis aquí,
tan sólo esto:
un escombro tenaz, que se resiste
a su ruina, que lucha contra el viento,
que avanza por caminos que no llevan
a ningún sitio. El éxito
de todos los fracasos. La e
Comentario:
El autor por medio de la voz poética, expresa sentimientos, emociones, sensaciones… por lo que la función predominante, aparte de la estética, es la emotiva. Este poema, texto claramente subjetivo, pertenece a la primera etapa de su autor.
En él se produce una supuesta descripción de todos los hechos que han tenido que suceder para que el yo poético, identificado con el autor, llegue a existir y a llamarse Ángel González. La sorpresa se ha producido, pues, acostumbrada a poemas que única y exclusivamente se centraban en la expresión del yo poético normalmente relacionados con la subjetividad, las emociones, las pasiones… se produce un cambio en este poema, el yo poético filosofa acerca de la existencia humana, en concreto, de su propia existencia.
En conclusión, me parece importante que los poemas no sólo expresen sentimientos y emociones subjetivas sin ningún contenido. Pues no todo es emocionar al lector.



LORENA BAUSA

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